El ascendente de la carta natal es uno de los elementos más valiosos desde el punto de vista interpretativo. Se encuentra al mismo nivel que la interpretación del signo solar o el signo lunar. Sin embargo no todos conocen su significado astronómico y mucho menos, como se llega a la obtención del ascendente a partir de determinados cálculos astronómicos basados en fórmulas que tratan de entender el funcionamiento de la mecánica celeste.
Cuando los antiguos astrólogos comprendieron que además de los signos y de los planetas, existía otra esfera superpuesta que correspondía a los sectores mundanos, y que la misma era generada por el movimiento de rotación de la tierra, comenzaron a esbozar los primeros sistemas de casas o de domificación. De esta manera se incorporaba al mundo de las estrellas un elemento de lectura que acercaba la astrología al pueblo y a sus necesidades cotidianas, incorporando conceptos mundanos y cotidianos que representaban sus necesidades más primitivas, como el dinero, el trabajo, la salud, el amor, la familia... es decir... aquello que aún nos sigue preocupado, y que humaniza a esa astrología antes reservada a las necesidades de reyes, príncipes y guerreros... y que muy hábilmente sabían explotar religiosos y eruditos en artes tan disímiles pero complementarias como la matemática, la pintura, la medicina, la psicología, la filosofía, la alquimia, la música, la guerra, la astrosofía... entre otras tantas que eran necesarias para ejercer “el oficio más viejo del mundo”: el de astrólogo.