16 de septiembre. Eclipse de Luna en Piscis: “una herida que no cierra”

 

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En tiempos en que la violencia se exacerba y donde la denominada “violencia de género” alcanza picos de manifestación que resultan alarmantes para una comunidad que  presume de “civilizada” el eclipse de Luna que tendrá lugar este Viernes 16 de septiembre a las 16:05 puede constituirse en una voz de alarma adicional si es que nos conformamos con describir una situación real bajo la simbología astrológica; o por el contrario,  en el indicador de un necesario momento de reflexión sobre las causas de un comportamiento que lleva ineludiblemente a la degradación de la sociedad.

Cuando la tradición astrológica se refiere a los eclipses, siempre los relaciona con hechos violentos, sorpresivos y por lo general nefastos para la vida humana. En este caso en particular, y si tenemos en cuenta que el eclipse es de Luna, asumimos que este comportamiento se volcará fundamentalmente sobre la mujer, ya que la Luna es regente de lo femenino en todas sus acepciones.

El hecho de que esta Luna reciba la cuadratura del planeta Marte (dios de la guerra, y representativo de situaciones de violencia) sumado, además, que la Luna se encuentra conjunta a Kirón (el sanador herido) hace notoria y clara la asociación simbólica de esta configuración con la existencia de una herida que no sana, y que lejos de cerrar continúa siendo azuzada por el violento Marte.

En tiempos en que la violencia en general es naturalizada “desde arriba”, cuando se encuentran argumentos descabellados para justificar la venganza, disfrazada de justicia por mano propia, y donde todo termina siendo “emoción violenta”, no deberemos sorprendernos cuando en los próximos días esta configuración se haga realidad, y nuevos casos de agresión sobre mujeres vuelvan a ser naturalizados bajo el mismo argumento de “emoción violenta”.

Si proyectamos la posición de la Luna eclipsada, sobre la Carta Natal de la República Argentina, la misma activa la posición natal del planeta Plutón dentro de la casa seis. Es obvio que los padecimientos que trae aparejado un eclipse se van a proyectar sobre la mujer trabajadora, sobre la salud y sobre aquellos que desarrollan tareas vinculadas en estas mismas áreas.

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Tampoco deberá sorprendernos algún hecho notorio y revulsivo, de aquellos con que el mundo cada tanto nos recuerda que la violencia es un hecho global. Si proyectamos la posición de la Luna sobre la Tierra en el momento del eclipse, nos señala los lugares afectados por el mismo. Se marcan en rojo los sectores más afectados por el mismo.

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Sería bueno equivocarse y evaluar estos aspectos de otra manera. Tratar de entenderlos solo como el llamado de atención sobre nuestras conciencias, que nos lleve a revisar conceptos arraigados en nosotros con el fin de sanarnos del impulso violento. Tal vez, Kirón, como sanador herido, nos ponga en el camino la suficiente fuerza y capacidad para revertir la propia naturaleza del eclipse sumada al iracundo Marte.