Carta abierta al colectivo astrológico: “No insistan…. el Zodíaco Ascensional NO EXISTE”.

Por Néstor Echarte

 

De la mano de la facilidad que los programas de cálculo astrológico aportan a los usuarios, aparecen también algunos errores conceptuales incomprensibles, que denotan un absoluto desconocimiento del fundamento astronómico que sustenta el enorme edificio de la astrología.

Me refiero en este caso, a la marcada tendencia de convertir los resultados ascensionales de una carta natal, luego de haber completado el cálculo del denominado “speculum” , en posiciones de un supuesto zodíaco ascensional en las que se menciona la posición de los planetas con grado y signo, desconociendo que el sistema ascensional se sustenta en el sistema de casas y que los resultados obtenidos como “ascensiones oblicuas” muy lejos se encuentran de ser posiciones zodiacales.

He visto como muchos programas astrológicos, tanto los que se encuentran instalados en las computadoras de usuarios individuales, como versiones de cálculo a través de la web, consignan como resultado final del “Speculum” posiciones por grado y signo de lo que debiera ser sólo un valor de arco, sin la mención del signo y con valores absolutos entre 0° y 360°

Un ejemplo de ello es ver cómo se llevan las posiciones ascensionales absolutas mediante un simple cálculo a una supuesta posición zodiacal. Por ejemplo en mi propia carta natal, tengo mi Sol natal en 26° 11´ y una posición ascensional del mismo en 205° 01´. Rápidamente el software astrológico calcula la posición de ese Sol en 25° 01´ de Libra Ascensional. Eso es totalmente incorrecto.  Lo que vale allí es la posición mundana. Esos 205°01´muestran la proyección del Sol en el esquema de casas y no en el gráfico zodiacal. Ya que para ello existe la posición original del planeta que con la que se calcula luego la posición mundana. ¿Qué sentido tiene partir de una posición eclíptica para hallar otra, también eclíptica, pero incorrecta?

En la carrera por cometer errores, y con el mismo criterio, les sugeriría hacer lo mismo con las Ascensiones Rectas y convertirlas también en posiciones zodiacales, obteniendo así un zodíaco basado en las Ascensiones Rectas, y dividiendo a estas últimas, además, entre ascensiones eclípticas y ascensiones reales, multiplicando así a los zodiacos inexistentes hasta el infinito.

Para que quede claro: A diferencia de la existencia del zodíaco trópico, o del zodíaco sidéreo, o del zodíaco dracónico, o hasta la existencia de cualquier otro zodíaco basado en un nodo o punto gamma que da origen al mismo, proyectando las posiciones planetarias sobre el zodíaco de las constelaciones, como el el caso de la astrología sidérea o sobre la órbita que describe cualquier cuerpo de nuestro sistema solar, como es el caso del zodíaco trópico, el dracónico o  cualquier otro que podamos imaginar estructurado sobre la órbita de cualquier planeta, el denominado sistema ascensional no es un concepto zodiacal, sino un concepto ligado fundamentalmente al sistema de casas que utilicemos, por lo que se diferencia de los sistemas zodiacales no solo desde su fundamentación astronómica, sino también desde sus principales fundamentos interpretativos. Cuando hablamos de ascensional estamos hablando de casas astrológicas y de lugares mundanos, y no de signos astrológicos y posiciones zodiacales.

El sistema ascensional es una estructura de coordenadas astronómicas basada fundamentalmente en la rotación de la tierra, y sobre la que principalmente se generan los diferentes sistemas de casas. El sistema ascensional, es el soporte mundano del sistema astrológico, perfectamente definido por Morín de Villefranche cuando hacía referencia a los estados celestes y los estados terrestres de los planetas en relación al análisis del significado planetario sobre los signos (en el primero de los casos) o sobre las casas (en el segundo caso), para conformar luego lo que denominaba estado cósmico de un planeta que era el resultado final plasmado en la carta natal como una totalidad de la combinación de los dos estados anteriormente mencionados. Es clara la diferencia. El sistema zodiacal es el que contiene los signos,  mientras que el sistema mundano es el soporte de las casas, y ambos configuran lo que denominamos, carta natal o rádix.

Debemos tener en cuenta también que las posiciones que se obtienen en el denominado “SPECULUM” , deben “necesariamente” ser asociadas a un determinado sistema de casas con el cual conviven de manera intrínseca, para poder luego abocarnos al cálculo de direcciones primarias “bajo el polo del significador”, las que brindarán resultados diferentes según el sistema de casas con el que hayamos realizado los cálculos iniciales. Es muy común cometer el error de calcular una carta bajo el sistema de Regiomontanus para luego utilizar direcciones primarias bajo el sistema de Placidus o Topocéntrico, siendo este último el naturalizado por la mayoría de los softwares astrológicos a la hora de trabajar en el sistema ascensional, sin tener en cuenta que las direcciones primarias están solidariamente relacionadas con el sistema de casas que se utiliza, y sus resultados son siempre congruentes con dicho sistema de casas. No podemos hacer direcciones bajo Reggiomontanus o Campanus, con cúspìdes de Placidus o Topocéntricas. Cada sistema es consistente en si mismo.

Un párrafo aparte merece el estudio de lo que se denominan tránsitos ascensionales, desarrollados en Argentina por los astrólogos Wendel Polich y Nelson Page, cuyo desarrollo se basó exclusivamente en el Sistema Topocéntrico y que dejan muy en claro que se debe trabajar sobre posiciones ascensionales absolutas (de 0° a 360°) sin hacer mención a esa supuesta correspondencia zodiacal (obviamente por que no existe) que lleva a muchos astrólogos a convertir en forma directa posiciones de AO/DO en resultados zodiacales. Visible error conceptual, ya que lo que importa, no son los resultados zodiacales por simple conversión de grados ecuatoriales en posiciones zodiacales, sino por la verdadera proyección que se hace de las AO/DO en base a los polos propios de los planetas, o en base a los polos de los significadores, cuando se calcula primarias, para de esa manera encontrar los verdaderos puntos de proyección de esos lugares mundanos. Pero tengamos en cuenta que esas posiciones solo se obtienen en la medida en que las proyectamos bajo lo que se denomina “polo del planeta”.

Un antecedente interesante se puede encontrar en la revista ASTROLOGÍA Nro. 115, del 1988 editada por el Centro Astrológico de Buenos Aires, donde se puede encontrar una nota que titulada "ASPECTOS CORREGIDOS POR LATITUD" escrita por Terry Dwyer, que recrea antecedentes de lo que a partir del trabajo de Polich y Page conocemos como tránsitos ascensionales.  

Independientemente de que matemáticamente todo es posible, y que las computadoras pueden resolver todo, hasta mostrarnos como posible aquello que no tiene lógica ni sustento astrológico, debe prevalecer siempre el criterio del astrólogo actuando con fundamento a la hora de decidir el sistema a ser utilizado.