El tránsito de Urano en Tauro marca una tendencia, que considero imparable, donde la economía mundial relacionada con los modos de intercambio (lease dinero efectivo) está sufriendo una profunda transformación, en la que día a día el papel moneda tiende a desaparecer existiendo nuevos formatos de atesoramiento, reflejados en la enorme cantidad de opciones electrónicas existentes y que se siguen multiplicando.
Obviamente, sujetos a vaivenes no muy claros, y donde el mundo aún está tratando de comprender su funcionamiento, el Bitcoin, la primera de las criptomonedas, y la que marca el ritmo del resto, tuvo meses atrás tiempos de bonanza donde llegó a superar los 50 mil dólares. La guerra entre Rusia y Ucrania provocó el derrumbe del mismo de de otras tantas criptomonedas, y luego pudo estabilizarse a un valor mucho menor que el mencionado. Tengamos en cuenta que en el pasado mes de junio, el Bitcoin llegó a cotizar en U$S 32.000.oo para caer en el mes siguiente a la mitad de su valor.
Cuando todos creían que volvería a recuperarse, llegó el momento de los eclipses.
El mismo día que tuvo lugar el eclipse de Luna, el que además de hacerse en el signo de Tauro, tuvo como compañía la presencia exacta y partil de planeta Urano (aquel que entiende en la temática que estamos exponiendo) sufrió un nuevo y claro derrumbe. Lo podemos notar con claridad en la gráfica que marca la evolución del Bitcoin, en el que el primer derrumbe tuvo lugar exactamente el día del eclipse, el 8 de novimembre, continuando el mismo durante todo el día 9.
Luego intentó una nueva recuperación, pero en uno de sus valores más bajos.
La gráfica, con las fechas de estos últimos movimientos, es elocuente.
Por otra parte, en la proyección del eclipse de luna de pasado 8 de noviembre sobre nuestro planeta, ocupa la Luna y Urano el Meridiano que pasa por el centro del pacífico justo sobre el estrecho de Bering; mientras que la posición de los mismos sobre el meridiano inferior pasa por el centro de África y Europa.
La Carta del Eclipse esta levantada sobre su proyección en el Pacífico.
