El devenir económico bajo la implacable mirada de Urano

Por Néstor Echarte

Los antiguos textos económicos tiemblan en sus bibliotecas ante el paso seguro, decidido y disruptivo del planeta Urano a través del signo de Tauro.

Tan despreocupado como uno de sus representantes más conspicuos, el loco, aquel a quien su rebeldía impidió que el libro de toth le adjudique un número de orden, ignora todo recato en defender y sostener viejos conceptos económicos que otrora fueran caballitos de batalla de cientos de economistas, que condenaron al mundo a padecer la pobreza y la división de clases, agitando los fantasmas de la inflación, la recesión, la no emisión, la necesidad de un respaldo y demás taras del discurso económico neoliberal.

Aquel garantizado anonimato con el que la banca Suiza protegía a narcos, vendedores de armas, tratantes de personas y políticos descarriados, amantes varios de todo tipo de paraíso fiscal, hoy comienza a ser utilizado por quienes fueron expulsados “del sistema tradicional” y se animan a dar el salto para explorar nuevas alternativas económicas que, merced al avance tecnológico, garantizan al usuario corriente un total anonimato en sus transacciones económicas, alternativa que saltea todo tipo de control por parte de cualquier estado, y conduce el dinero (ahora) digital por fuera de los controles tradicionales democratizando el acceso a aquello que el sentido común imperante solo había reservado para unos pocos privilegiados. Ahora el privilegio es el conocimiento. O ahora, y siempre. 

Pero aquellos que tengan una mínima experiencia en el funcionamiento de las redes y una mezcla de curiosidad con enorme ambición, comienzan a conformar un ejército de neo especialistas, que a la manera de los viejos pastores evangélicos, hoy han elegido pastorear sobre las bondades del comercio electrónico, de la ventaja de operar sobre redes no tradicionales, y el renovado concepto acuariano del contacto colaborativo a partir de las operaciones peer to peer. Un mundo creciente, que acuña conceptos nuevos, y como no podía ser de otra manera palabras nuevas cuyo glosario completo se esfuerzan en aprender y catalogar

Urano no hace consideraciones morales a la hora de actuar. Si destruye, lo hace para igualar. Y no importa si en ese impulso destructor se transgrede alguna ley o algún principio rector, ya caducado en los renovados tiempos que corren. Los viejos moldes, las viejas estructuras consolidadas a través de los siglos, se derrumban ante el paso imperturbable del Dios de los Cielos.

Desde que Urano ingresó en el signo de Tauro, allí por el mes de mayo de 2018, se observa en el mundo un auge del comercio electrónico basado fundamentalmente en la utilización de nuevos formatos de pago y, por sobre todo, la creación y auge de monedas alternativas. 

A los ya existentes sistemas de pago alternativo, que por lo general van por fuera de los sistemas de control de los estados, se suma el auge de las criptomonedas que lideradas por Bitcoin, superan ya, más de diez mil opciones distintas que garantizan el total anonimato de sus poseedores, y la fácil convertibilidad en dinero efectivo canalizando a través de los ya existentes sistemas alternativos.

Todos los conceptos acuariano-uraniano de colaboración, igualdad, anarquía, no-control, libertad, mediante la utilización de redes cada vez más consolidadas desde lo tecnológico, nos induce a pensar que este proceso nos lleva a un quiebre de las economías tradicionales, y a una consolidación cada vez mayor de todos los sistemas alternativos con el consiguiente riesgo que esto conlleva para los estados, que históricamente han basado su economía en el sostenimiento de la cosa pública a partir de la imposición de cargas económicas sobre el dinero declarado y controlado. Pero cuando este dinero encuentra una vía de escape por fuera de esa supuesta solidez, el mundo comienza a tambalear ante una debacle inevitable.

¿Podrán los estados, y sobre todo los estados que económicamente dominan al mundo, estar a la altura de la fuga inevitable de divisas que genera esta nueva economía? El billete físico tiende a desaparecer. Ya no hace falta atesorar dólares en el papel, cuando otras formas de inversión son inmensamente más rentables que una valija llena de dólares guardada debajo de una cama. 

Por supuesto, que estas nuevas formas no están exentas de riesgos. Pero son los mismos riesgos que también generaron los bancos cuando cercados por lo que se denominaba “corridas bancarias” no tenían más remedio que cerrar sus puertas y dejar sin sus ahorros a millones de personas.

El paso de Urano siempre provoca una euforia inicial, que luego de algunos imprevistos encuentros y desencuentros, tiende siempre a estabilizarse. Pero el equilibrio que logra, no siempre es el conveniente. Muchas veces, crea desencanto para aquellos que apostaron fuerte a las definiciones de su implacable paso.