Por Néstor Echarte
Quienes definen por qué carril debe transitar la historia oficial tienen la odiosa costumbre de dejar de lado toda referencia explícita o implícita sobre temas astrológicos sobre los que importantes personajes del pasado dedicaron mucho tiempo de investigación.
Si Galileo Galilei dedicaba parte de sus horas al estudio de la astrología, esta faceta de su vida no resultaba interesante para sus biógrafos, pese a que en su libro “El Mensajero de las estrellas” Galileo deja muy clara su devoción por esta temática, al punto de dedicar los cuatro satélites de Júpiter, bautizados como Mediceos y, conocidos en la actualidad como Io , Europa, Calisto y Ganímedes, a la casa de los Médici , y el libro a Cosme II (quien había sido discípulo de él). Esto lo expone en un extenso horóscopo en el que vaticina grandes logros en virtud de haber descubierto cuatro de los satélites más visibles del planeta Júpiter con su promocionado telescopio: